Top League despide un año inolvidable dentro del fantasy, los nervios de los managers estaban a flor de piel y todo se resolvió por un par de puntos.
Todo comenzó con una explosión de emociones. Ambos clubs, respaldado por su apasionada afición, se dejaron la voz hasta el ultimo segundo. La tensión era palpable mientras el reloj avanzaba implacablemente.
Con el tiempo casi agotado, Llevant Juniors C.F en un rápido contragolpe, logró anotar un gol que parecía dar esperanzas. La afición enloqueció mientras los jugadores celebraban. Sin embargo, el equipo visitante aún tenía una última carta por jugar, tan solo un empate era suficiente para dar una copa a su gente y, en un último esfuerzo desesperado, encontró el gol con su respectivo contrincante en el último minuto de tiempo añadido.
El estadio estalló en un clamor de júbilo y conmoción. El árbitro paro el partido, ya que intervino el VAR, anulando el gol y con él, el pitido final. Esto dio paso a que el ganador de la copa Classic acabase en las manos del capitán Gumbau y el resto del equipo. Aunque el margen de victoria fue mínimo, la hazaña fue suficiente para desatar una oleada de celebraciones en las calles de la ciudad de Valencia.
Esta final épica demostró que el fútbol es mucho más que un simple deporte. Es un catalizador de emociones y un escenario donde los sueños se hacen realidad. Tanto el equipo ganador como el equipo perdedor merecen un reconocimiento por su entrega y espíritu deportivo, ya que brindaron a los aficionados una batalla inolvidable.
